No es que haya abandonado mi afición por compartir mis vivencias en este entretenido país, es que, de tan entretenido que es, llevo 2 semanas encerrada en el estudio (literalmente) terminando un concurso para un complejo escolar en Vantaa, al norte de Helsinki.
Gracias a este concurso, en el que estamos diseñando al completo un proyecto de dos fases que comprende desde que la mamá se queda embarazada hasta que el pupilo cumple los 12 años, estoy aprendiendo muchísimo; no sólo de arquitectura, si no de cómo funciona la educación en Finlandia.
Hoy quería compartir en esta entrada con aquellos impacientes lectores una pequeña nota sobre las raíces del sistema educativo finés.
Las guarderías (päiväkoti en finés) tienen un programa que nada tiene que envidiar al de un hospital, que además requieren de un funcionamiento muy específico. La raíz de esto proviene de la gran crisis que sufrió Finlandia cuando comenzó a forjase como país allá por el siglo XII (hay que remarcar que éste es un país muy joven, las duras condiciones climáticas han impedido que la sociedad se instalara aquí de manera permanente con anterioridad) durante la cual tanto hombres como mujeres tuvieron que trabajar muy duro para sacar el país adelante.
Esto hizo que los pequeños tuvieran que crecer en estas "guarderías" en las que recibían además asistencia sanitaria y, en muchas ocasiones, atención psicológica.
Hoy en día esto se ha mantenido, permitiendo que la educación haya evolucionado de una manera muy positiva ya que los niños son autónomos desde pequeñitos, además de responsables. En paralelo, esto ha hecho que el papel de la mujer y el hombre sea "igual", no se concibe lo contrario, aquí la "desigualdad" no existe porque las circunstancias han requerido que mujer y hombre estuvieran presente en igual medida en todos los campos.
Cuando entreguemos y esté más liberada de trabajo contaré detalles sobre el proyecto que, para los curiosos de la arquitectura y/o la educación, no tiene desperdicio.
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