6 de Septiembre 2010 primer día en la tkk University
Para variar, he llegado tarde, se supone que ya debería tener todo el tema burocrático solucionado pero me toca hacerlo en modo express, hecho que no habría sido posible de no haber encontrado a un grupo de estudiantes mejicanos que me indicaron a grosso modo el procedimiento a seguir y que yo, en las siguientes lineas, me dispongo a resumir para aquellos que en años venideros decidan embarcarse en esta aventura:
1º Darse de alta como alumno en la ayy (asociación de estudiantes de la universidad).
Lo más complejo sería encontrar el edificio en el que hacerlo, puesto que está al lado del supermercado del campus (y no en el edificio principal, como erróneamente supuse). A éste se accede por la cara de atrás (según llegas al campus). Una vez allí pagas la fianza del estudiante (que varía según el tiempo que vayas a permanecer estudiando, en mi caso, 1 año entero son 92€). Te dan una hoja con un sello y pum! Ya eres estudiante de la tkk University.
2º Ahora toca ir al Main Building, concretamente a los intersticios de éste, adentrándote por un par de pasillos se llega al IT services, donde rellenas varios formularios;
-Solicitud para la student travel card. Indispensable si piensas salir del campus de Otaniemi, que el trayecto más barato en autobús con 2,5€
-Solicitud de la student card. Con esta acreditación como alumno podrás comer en las cafeterías del campus por tan sólo 2,6€ y además podrás beneficiarte de billetes de tren y autobús de larga distancia a mitad de precio, y otras muchas cosas.
-Recogida de los passwords para la utilización del campus virtual, del que hablaré más tarde. Este punto es indispensable porque a través del campus virtual se hace la matrícula de algunas asignaturas.
3º Volver a la ayy a arreglar cualquier tema relacionado con lo que a la vivienda se refiere.
En mi caso fue algo complejo pero un golpe de suerte (sitio adecuado en el momento adecuado) hicieron que hoy pueda escribiros desde un apartamento doble que más tarde describiré.
Reservé la residencia a través de la tky mediante una aplicación on line. Al llegar aquí el día 6 me encontraba en lista de espera, en la posición 177 (había más de 550 personas en lista de espera para el tipo de habitación que los estudiantes extranjeros optamos). Así pues, en la ayy me decían que lo único que podían hacer era meterme en una emergency room, que viene siendo un salón con varias camas en el que meten a toda la gente que no tenga donde ir siempre como último recurso. Para mi suerte, cuando me dirigía a dicho emplazamiento, apareció una chica española que había escuchado mi situación por encontrarse en la cola inmediatamente tras de mí por que propuso el que yo habitara con ella un apartamento que le habían sugerido pero que no le daban porque carecían de alguien con quien compartirlo. Véase un roto para un descosido. Así que tal y como me habían cobrado el importe de 100€ como fianza por la emergency room y entregado su respectiva llave, se la devolví a la operaria de la
ayy y acto seguido mi ya compañera de piso, Verónica, y yo, firmamos el contrato de un maravilloso apartamento de 47 m2 con dos habitaciones, baño y cocina, por el módico precio se 200€/mes. Eso sí; COMPLETAMENTE VACÍO.
Cuando digo vació, digo vacío. Por no tener no tenía ni los porta-lámparas en el techo. Gracias que viene con nevera (aunque de aquí a unas semanas la temperatura exterior será inferior que la de la nevera.)
Dos viajes a Ikea, y otros tres al Recycling Center de la Asociación de Estudiantes (del que, también, hablaré posteriormente) han bastado para obtener el siguiente resultado (en cuanto a mi habitáculo se refiere).
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